concepción tradicional del objeto de la criminología ( delito,victimario, medios de control y victima)
La Criminología ve el delito no sólo como comportamiento
individual sino como problema social y comunitario porque,
cuando ocurre, tiene incidencia masiva en la población porque
el infractor y la víctima son miembros activos de la comunidad
y por tal razón postula que las fórmulas de solución deben
encontrarse al interior de ésta.
Para la Criminología el delito se presenta, ante todo, como
“problema social y comunitario" caracterización que exige
del investigador una determinada actitud para aproximarse al
mismo.
El delito según el Código Penal es la acción dolosa o
imprudente, penada por la ley que en cualquier sociedad, es
una conducta prohibida que al producirse, es objeto de una
sanción penal. Siguiendo los aportes del profesor español
Cerezo Mir, se puede generalizar la concepción en sentido
de que son aquellas infracciones graves de las normas de
ética social y que mediante la aplicación de la ley pasan a ser
jurídico-penales.
Las conductas delictivas a pesar de su contenido negativo
son fenómenos normales que se dan en cualquier grupo
social, lo que significa que no hay sociedad sin delito; este
hecho se conoce como “principio de normalidad del delito"
que también abarca las infracciones del orden político y
económico.
También se han señalado otras funciones del delito como ser:
- Crea empleos: criminólogos, jueces y operadores del
sistema.
El delito reduce el delito porque la gente aprende a cuidarse.
- Beneficia mínimamente a quien lo comete o a varios
cuando se constituyen en red como en el tráfico de
drogas.
- Muchas veces las bandas organizadas contribuyen a
controlar el delito.
Sin embargo los costos del delito son mayores para una
sociedad, no sólo en lo económico sino por daños directos e
indirectos que afectan a las víctimas y a los ciudadanos, en
términos de inseguridad y la Criminología, nos remite a indagar
el por qué de estas conductas.
En esta perspectiva, la Criminología tendría como objeto
el estudio del Delito, porque la criminalidad no es un objeto
concreto ni constante sino una creación conceptual, cruzada
por variables de tiempo, de modelos y de intereses sociales.co; este principio concuerda con la idea de Durkheim
que había planteado la normalidad del delito, frente a la
proposición que lo consideraba un fenómeno patológico.
. LA VÍCTIMA
La víctima de un delito es la persona que en todos los ámbitos
de estudio de las ciencias criminológicas ha sido relegada al
margen de toda consideración; el interés del Derecho penal,
sustantivo y procesal y de las políticas criminales y sociales
han estado centrados en la persona del delincuente. Asimismo
el sistema legal en general, define los derechos del infractor,
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I Renato Pardo Angles
sin preocuparse de los de la víctima, reducida a su rol testifical;
según denuncia de sociólogos y de psicólogos, las inversiones
públicas también expresan la indiferencia del Estado hacia la
víctima porque siempre van destinadas en función del penado,
configurando el abandono múltiple de la víctima; jurídico,
social, político. Es una intención neutralizadora de la victima,
inserta en los propios orígenes del proceso legal, incluido el
moderno, que aparece como un necesario distanciamiento
entre contendientes, para evitar que la justicia tenga carácter
de represalia, por intervención de la víctima.
En primer lugar, Ingenieros (1913, pp. 81-84) realiza una
interpretación extensiva de lo que a principios del siglo XX se configuraba
como objeto de estudio de la Criminología: el estudio de las causas de los
delitos, los actos en que se manifiestan, los caracteres fisiopsíquicos de los
delincuentes y las medidas sociales o individualizadas de profilaxia o
represión del delito.
En segundo lugar, Quirós (1957, p. 13), en una ilustración mucho más
restrictiva, considera que existen tres elementos que configuran todo
fenómeno delincuencial: delito, delincuente y pena. Mientras que el estudio
del delito correspondería al Derecho Penal, y la pena a la Penología, el
objeto de estudio de la Criminología se centra en la investigación sobre el
delincuente.
En tercer lugar, Cid y Larrauri, en Teorías criminológicas (2001, pp.
15-20), realizan una aproximación a la evolución histórica del objeto de
estudio de la Criminología desde mediados del siglo XIX hasta principios
del siglo XXI. En un principio, la Criminología centró su objeto de estudio
en el análisis empírico de los delincuentes, primero en sus características
físicas y biológicas y después en los factores sociales y ecológicos, lo que
al final se delimita como causas [individuales] de la delincuencia. Con el
ulterior surgimiento de las teorías del etiquetamiento cobra importancia en
Criminología el estudio de la reacción penal, y posteriormente social en
sentido amplio, ante la delincuencia, lo que los autores definen como el
estudio del funcionamiento del sistema penal. Posteriormente, también
pasan a formar parte del objeto de estudio de la Criminología la víctima y el
delito como evento. Frente a las primeras fases de la Criminología,
centradas exclusivamente en las personas delincuentes y sus características,
la nueva Criminología reivindica a la víctima e incluye los elementos de
oportunidad a su objeto.
En cuarto lugar, Garrido, Stangeland y Redondo, en su manual clásico
Principios de Criminología (2006, pp. 48-52), definen sintéticamente el
objeto de estudio de la Criminología como un “cruce de caminos en el que
convergen ciertas conductas humanas, las [conductas] delictivas, y ciertas
reacciones sociales a tales conductas”, mientras que el resto de elementos
que ocasionalmente son referenciados como integrantes de su objeto de
estudio quedarían subordinados de una u otra manera a los anteriores. Los
autores ponen tres ejemplos para explicar su conclusión: la delincuencia
como fenómeno social no puede entenderse al margen del elemento
“conducta delictiva”, los sujetos delincuentes no existen con independencia
de la “conducta delictiva”, las víctimas obtienen dicha condición por su
interacción con una o sucesivas “conductas delictivas”. Por tanto, según
ellos, son las dimensiones conducta delictiva y reacción social, y
específicamente la interacción entre ellas, las que delimitan el objeto de
estudio de la ciencia criminológica.
En quinto lugar, diferentes autores han señalado la necesidad de
introducir nuevos elementos al objeto de estudio de la Criminología, como
lo pueden ser el abuso contra animales (Beirne, 2006), los delitos de cuello
blanco (Sutherland, 1940) o el crimen de estado (Zaffaroni, 2012a), entre
otros, considerando que éstos pueden no quedar claramente reflejados en el
marco definidor de “conductas delictivas”, reflexiones que deberán ser
examinadas en detalle.
Una vez introducido lo anterior, se puede observar que la cuarta
reflexión presentada, la de Garrido et al. (2006), resulta ser la más
conciliadora e inclusiva, al permitir introducir en ella las consideraciones
anteriores, por lo que se va a partir de ella como marco ilustrativo del
objeto de estudio de la Criminología, no sin antes introducir una breve
reflexión a modo de matiz explicativo. Partiendo de la consideración de
Garrido et al. (2006), serían el comportamiento delictivo y las diferentes
formas de reacción social ante el delito las que delimitarían el objeto de
estudio de la Criminología. Sin embargo, es necesario matizar que el
estudio de la Criminología sobrepasa los límites legales fijados por la
regulación penal, estudiando también comportamientos meramente
desviados o antisociales que, de acuerdo con una definición estrictamente
jurídica del término, no podrían ser catalogados como delitos. En palabras“el objeto de estudio de la
Criminología son las conductas antisociales, debiendo hacer una clara
distinción entre conducta antisocial y delito”. Pese a que Garrido et al
(2006, p. 50) son plenamente conocedores de dicha limitación, siendo
claros en que “el análisis criminológico de esta primera dimensión no se
agota en los delitos establecidos en la ley penal”, utilizar el término
“comportamiento delictivo” puede llevar a confusión al no dotarse de un
mayor grado de matización, por lo que se estima más oportuno considerar
como objeto de estudio de la Criminología lo siguiente: la interacción entre
los comportamientos antisociales en todas sus dimensiones y la reacción
social ante dichos comportamientos. Modificar los términos
“comportamiento delictivo” por “comportamiento antisocial” permite dar
cabida, sin lugar a dudas, a todas aquellas conductas que en un determinado
momento histórico pueden no tener cabida en la regulación penal, como el
abuso contra animales, los delitos de cuello blanco o los crímenes de estado
ya mencionados; así como a multitud de prácticas no consideradas
jurídicamente delictivas pero igualmente perjudiciales para la vida en
sociedad, como lo pueden ser la desviación juvenil no delictiva, o el abuso
de drogas y/o alcohol, el racismo, la conducción temeraria, los problemas
de limpieza y el grafiti.
Igual que se ha efectuado en el apartado previo, cabe hacer dos
consideraciones últimas antes de dar por concluido el presente apartado:
Tal como se ha señalado ya en diversas ocasiones, la Criminología no se
interesa únicamente por el comportamiento antisocial real, esto es, el que se
evidencia en el marco de la sociedad, sino también por el comportamiento
antisocial percibido, entendiendo éste como aquello que los ciudadanos
consideran conductas desviadas más allá de su realidad objetiva, y que
modula su forma de ver e interactuar con su entorno; y la ciencia
criminológica centra su atención tanto en la reacción social formal como en
la informal ante las conductas antisociales (ya introducido anteriormente).
A modo de síntesis, la figura 1 resume ilustrativamente, y sin voluntad
de ser rigurosa en sus dimensiones cuantitativas, la división del foco de
atención del objeto de estudio de la Criminología contemporánea;
encontrándose éste en un continuum entre el estudio de la reacción social
formal e informal de los comportamientos antisociales percibidos y reales,
donde la mayor atención quedaría fijada en la reacción social formal ante
los comportamientos antisociales reales, seguido de cerca por la
reacción social informal ante los comportamientos antisociales reales , y a gran distancia quedaría la investigación centrada en la
reacción social formal ante los comportamientos antisociales percibidos
y la reacción social informal ante los comportamientos
antisociales percibidos). En realidad, la mayor parte de la
investigación criminológica raramente podrá ser clasificada en un grupo
concreto, sino más bien en una combinación de varios de los anteriores.
www.derechoycambiosocial.com │ ISSN: 2224-4131 │ Depósito legal: 2005-5822 12
Figura 1. Objeto de estudio de la Criminología contemporánea.
CA: comportamiento antisocial // RS: reacción social
Fuente: elaboración propia.
ile:///C:/Users/User/AppData/Local/Temp/Rar$DIa13912.22844/Buil%20-%20Que%20es%20la%20criminologia.pdff
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